lunes, 14 de enero de 2008

El amor en los tiempos de Hollywood

De dónde habrán sacado la idea los realizadores de Hollywood y algunos que no son de ahí, de que el amor llevado a la cama es así. Un hombre de más de setenta años, (al lado de una mujer que ronda su misma edad) que además sabe lo que está haciendo porque en su cuenta personal tiene registradas más de 600 amantes, de todas las edades, condiciones y colores, puede en la pantalla grande cometer la ignominia de portarse como un conejo (mirar, sonreír, -estas dos porque se supone enamorado hasta los huesos, el personaje, y porque habrá escuchado bastantes veces, el director, hablar sobre aquello del preámbulo- ponerse encima, penetrar, eyacular, fin.) y que además pretendan hacernos creer que ella tiene un orgasmo, es un poco menos que irrespetuoso, pero eso es lo de menos, lo verdaderamente preocupante es que nuestros jóvenes reciben esa información permanentemente y la mayoría de veces es su única posibilidad de educación sexual, con lo cual, y en vista de que en ese sentido sí que no nacemos aprendidos, no quiero imaginarme la frustración que les debe producir llevar esta metodología a la vida real, sobretodo para las mujeres, que además se deben sentir culpables por no experimentar el mismo placer que Fermina Daza o Angelina Jolie. Si ellos están haciéndolo igualitico, la pregunta de por qué al final no se tienen las mismas caras de placer y felicidad que da la sensación de sentirse amado por el otro, posiblemente les costará muchos años y buena suerte responder.

¿No habrá una mujer cerca de estos directores que les enseñe (en la práctica si es necesario y para mayores efectos) cómo se hace el amor? el amor, no el sexo, no la paja, el amor, el amor enamorado de verdad, el amor apasionado y sobrecogedor que encuentra en el cuerpo su mayor expresión y en la piel, con todos sus metros de extensión, su mejor lienzo. Dónde estarán las esposas de estos hombres, las amantes, las amigas, una productora aunque sea. O un hombre que lo haya descubierto, que lo haya aprendido, un amigo que les pase un libro del Kamasutra, el tao del sexo, un folleto de sexualidad tántrica, alguna cosita que les permita figurarse una escena de alcoba entre dos personas que se han querido durante 54 años (y en algunos casos sólo10 minutos) sin tocarse.

En este caso en particular, en la obra original, Gabo se abstiene de describir la escena porque en el libro uno puede prescindir perfectamente de ella; yo entiendo que en la película, de la manera en que está contada, se hace necesaria, pero por lo mismo, Mike Newell debió tener la gentileza de trabajársela un poquito más, porque después de todo lo que le costó que Fermina Daza fuera Fermina Daza, cuando medio lo logra, viene y se la tira con semejante escena tan irreal, no hubo Shakira, Javier Bardem, John Leguizamo, ni paisaje colombiano posible (que eso ya es mucho decir, sobretodo si se tiene en cuenta lo bien que lo venían haciendo) que salvara tremenda… ¿fealdad?, acaso decepción (no hay muchas palabras que ayuden en estos casos). Y no es que se esperara una lección de tres minutos de sexualidad, mucho menos de amor (aunque el libro sí que la es, por lo menos de este último) pero es que el resumen (del amor) que nos presentaron es impresentable.

Yo creo que el amor no necesita gimnasia y sé que su plenitud es tan fácil de lograr como su nacimiento, que su complejidad está contenida en algo tan simple como una mano que acaricia sin fin o una mirada que da la vida… pero que voy a decir yo si todo suena tan cursi cuando se trata de describir con palabras el amor, pero por eso mismo creo que no debería ser tan difícil hacerlo con imágenes.