domingo, 4 de enero de 2009

Desejo

Hace mucho tiempo alguien me envió este poema, recuerdo que en ese entonces estaba lejos y no teninedo mucho más que darle, se lo envié a mi sobrino de cumpleaños, tiempo después cuando quise volver a leerlo no lo encontré, no recordaba quién lo había escrito ni quién me lo había reagalado, en esta navidad, alguien me lo envió otra vez, no estaba segura de que el autor fuera Victor Hugo entonces busqué y econtré que aunque muchos lo creen así, el autor no es el escritor frances sino uno brasilero que se llama Sergio Jockymann. Lo trancribo aquí porque es hermoso y la belleza es siempre el mejor regalo, incluso el mejor deseo, pero también porque no hay nada más que yo quiera desearles en este año nuevo...


Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no
madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: "Esto es mío".
sólo para que quede bien claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus afectos muera, por él y por ti,
pero que si muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
y que se amen hoy, mañana y al día siguiente,
y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
todavía haya amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegan a pasar,
no tengo más nada que desearte.

SERGIO JOCKYMANN