domingo, 23 de enero de 2011

Carta pública a Toti




No sé cómo empezar este mensaje para vos… tenés nada más doce años y yo te llevo 21… te he visto crecer estando lo más cerca que he podido y tengo que decir que ha sido una aventura alucinante, parecida a lo que sería ver a mi propio hermano (tu papá) nacer y crecer de nuevo, pero mejor, porque digamos lo que digamos, a pesar de todas las apariencias, los seres humanos cada vez somos mejores. Serás mejor que nosotros. Así que aquí estamos, vos en tu aborrencencia (que una vez se acabe no le desearás a nadie) pasando por el peor momento de tu vida, y yo, más vieja, también un poquitín más sabia, tal vez pasando por el mejor momento de mi vida, queriendo que fuera posible que tu dolor, mejor que tuyo, fuera el mío… pero nada, mejor vos a tu fútbol y tu play 3 y yo a mis letras, mis palabras, a escribirte; ambos haciendo lo que mejor sabemos hacer.

Ser tu tía, ser mayor, no me daría derecho a superficializar tu sufrimiento, máxime sabiendo lo que es perder así, en tres minutos, inexplicablemente. Porque yo me la he pasado llegando tarde al amor, como vos a veces a una pelota, sé de ese dolor impotente y desgarrador. Yo también quisiera devolver el tiempo, hacer las cosas mejor, incluyendo ayudarte; poder advertirte, no dejarte perder, pero así no funciona la vida. Esto es lo que trato de decirte: si el fútbol es la vida que escogiste, tendrás que aprender a transitar muchas veces por lugares como en el que ahora te encuentras, sin embargo, digamos que tiene sus cosas; aunque no depende sólo de vos, trae también grandes amigos; y sí, el azar interviene, pero muchas veces será a tu favor; el árbitro se equivoca, pero hay a quien odiar para no odiarse a sí mismo; cuando uno desacierta, desaciertan todos, pero el espectáculo es tan apasionante que miles de personas pagarán para verte.


Tú y tus amigos merecían ganar y aunque siempre es bueno mirar atrás para no repetir las historias que uno no quiere, asumir así las responsabilidades y ayudar a otros a asumir las propias, espero (y te lo digo porque sé qué clase de ser te habita) que mirar atrás no se convierta en una obsesión que lastime tu alma o hiera tu corazón de forma irreparable. Los seres humanos amamos el drama, tanto como para convertir cada dolor en sufrimiento, lo cual es totalmente innecesario. Llora lo que tengas que llorar, enójate y desahógate, pero mantén un lugar dentro de ti que nada pueda romper, el lugar donde descanse la dignidad y resida lo que te hace humano, porque de ese lugar procede toda felicidad en la vida, nada vale la pena ponerla en riesgo, y no olvides que ese lugar, en el centro de tu corazón, se alimenta de todo lo bueno que hay en cada situación: tus amigos, Simón y Willmar (que te necesitan y necesitas, no hay nada que una más a dos personas que compartir el mismo dolor), la dedicación de tus entrenadores, un papá que supo conseguirte el mejor equipo, el privilegio de poder dedicar tu vida a hacer lo que más te gusta, tu talento… y por si eso fuera poco: una casa, un perro, un hogar, una mesa, una comida y sobretodo, el amor de un ejército de personas (papá, mamá, hermano, abuelos, varios amigos, y por lo menos una tía) que daríamos nuestro dedo meñique porque nos permitieran cambiar de lugar contigo, relevarte en el ejercicio de vivir por estos días, en que hasta respirar te duele; porque saber con certeza que otros nos aman de verdad, es lo único que nos salva de morir en el intento de vivir y ser felices para contarlo, oficio que nunca se acaba de aprender.
Si te sirve en algo de consuelo, creo que a pesar de todo tuviste un debut impresionante, eres un jugador maravilloso: talentoso, inteligente, maduro en la táctica y la estrategia, y en lo personal, tengo que decir que me complace y me divierte tu decisión de apostar por defender más que atacar, porque sé que proviene de la sabiduría que te hace entender que es más importante ganar que brillar, lo que te hace tener un estilo generoso, preocupado por su equipo, sinuoso y aguerrido, silencioso pero efectivo, delicioso. Ese bajo perfil, que songo sorongo te llevará muy lejos, se me antoja un cierto gusto (que comparto contigo) por el “tras bambalinas”, por hacer el trabajo importante que no sale en los créditos sino al final de la película.



Perdóname entonces si te hablo como si ya fueras grande, arriesgándome a que no entiendas nada, pero en la cancha sos tan viejo que tengo que verte al lado del árbitro, corriendo como un pingüino, para recordar tu edad, en ese momento se me encharcan los ojos, porque ese recuerdo me llena el corazón con todo lo que yo te he querido desde la primera vez que te vi, cuando cabías todito sobre mis piernas, esa vez me sonreíste y yo supe que te caía bien y que te iba a llevar conmigo para siempre. Tendrás que crecer antes de entender que a mí, ahora, no me cabe el orgullo en el pecho y que por eso me pongo a gritar en la tribuna que yo te quiero, como corresponde a la primera fan de todos los que seguramente te sobrarán en la vida.





7 comentarios:

Anónimo dijo...

que bueno que Tomas te tiene, ahora depronto no lo entiende, pero si el mundo no se acaba y llega a grande, algún día lo leerá con otros ojos.

Anónimo dijo...

Ay no, qué hermosura de tía y sobrino. Me pusiste a lagrimear, boba.

Anónimo dijo...

que bellas palabras para el alma, toti tiene una gran tía y muchas fans...

Anónimo dijo...

Si yo fuera él me molestaría... (por lo de la edad, digo)

Anónimo dijo...

La que va a llorar soy yo....

esta to inventao dijo...

¿quieres ser mi tia?

Carmen Elisa dijo...

¡Que abandono en el que está esta casa!