martes, 7 de agosto de 2007

Delirium tremens (la de Sabina y Páez)

Las estadísticas dicen que en cuestiones de igualdad los hombres y las mujeres no hemos mejorado mucho, ellos aseguran que sí, que desde que hubo revolución femenina su patriarcado se acabó y hay algunos que se atreven a más: esto siempre ha sido un matriarcado. Yo lo dudo, y como digo, las estadísticas me apoyan: en la mayoría de empresas a las mujeres se les paga la mitad por hacer lo mismo, estoy hablando de cualquier generalidad, pues si entramos en terrenos como los de la política nos vamos es pero jodiendo. Si ya ni en la cocina mandamos porque los mejores chefs son dizque los hombres, así como los mejores pilotos, los mejores soldados (siquiera), los mejores conductores, los mejores obreros, los mejores deportistas (cuando va a tener una mujer los honores, no digamos ya la plata, que tiene un Ronaldinho) y por supuesto, los únicos sacerdotes.


No soy feminista, aunque por lo anterior sea más fácil pensar que sí, no lo soy, entre otras cosas, porque creo que ese movimiento ha fracasado rotundamente, lograr que se digan las y los en casi todas partes me conforma tan poco como un mal amante, daríamos todas nuestras palabras, yo por lo menos se las regalaría todas a los hombres (y que en vez de la luna se dijera el luna), si ellos nos dejaran a nosotras el terreno de la cama, no siendo esto posible, me conformo con la llamada del día siguiente, pero ni a eso tenemos derecho pues precisamente al feminismo se le ocurrió decir que las mujeres podemos solas con todo (hasta con el amor), como los hombres, entonces quedamos en las mismas, porque el error no está en no reconocernos como iguales, sino precisamente en no entender la diferencia.


Señores, las mujeres lloramos por cualquier cosa porque tenemos el alma en la piel, los hombres en cambio muy adentro del centro del corazón, por eso sólo lloran cuando están despechados, o cuando cosas como el alcohol, ponen a circular lo poquito de estrógenos que tienen. Qué hacemos pues si las mujeres somos hormonales, y ustedes no saben lo difícil que es levantarse cada tanto sintiendo el corazón partido en pedazos sin saber por qué, eso da un mal genio que por supuesto no tendrían que pagar, pero les toca, resulta que para eso es la testosterona, para cargar cosas pesadas, como el mal genio (o las lágrimas) sin sentido de las mujeres. Pero también nos enamoramos a primera vista y a veces sin esperanza, de los feitos, los viejitos y los gorditos, reconstruimos ciudades cuando ustedes se van a la guerra y después los esperamos infinitamente como Penélope, lo resolvemos todo hablando (echando cantaleta y discutiendo entran dentro de esta categoría), seducimos y luego hacemos creer que nos conquistan, tenemos los hijos, inventamos chistes sobre el dolor, gritamos cuando nos duele y yo pienso que deberíamos tener derecho también a quebrar algún vidrio, patiar alguna puerta y de vez en cuando lanzar un tornamesa por el balcón.


Pero entonces es cuando sale un hombre (joven, que ni que tuviera 70 años) a decirme que lo que yo necesito es que me den picos, le faltó un poquito menos de educación y ternura, para decirme que lo que me hace falta es chuzo, yo me quedé mirándolo y sólo acerté a decir que después de que un hombre nos enamora durante tres días y luego nos dice que nosotras nos lo inventamos todo, o cuando antes de empezar una relación ya nos están diciendo en qué fecha se va a terminar, por no mencionar ese que nos dice que somos lo más parecido al amor pero que se casa con otra; una ya no quiere picos, quiere tirar piedras, dar patadas, lanzar cosas por el balcón. Pero en realidad, con todo el amor de que somos capaces las mujeres, le debería haber dicho: no querido, necesitar no es el verbo, las mujeres llegamos a una edad en que dejamos de necesitar para preferir, así que si de preferir se trata lo que yo prefiero no son picos, sino un hombre de verdad, lo que pasa, tristemente para mi, tristemente para vos, es que hace rato no me encuentro con ninguno.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

me llego al alma!!
tiremos tornamesas, vamos a tirar la puerta, yo quisiera quebra al menos un vidrio!

Anónimo dijo...

Que se abran las clases entre todos los que Prefieren, (Le pusiste una mayúscula) y prefieren, besos, ternura,y derroche auténtico, una necesidad vital que clama el mundo y no los cuerpos de las mujeres.

Se le agradece de nuevo Anita.

Claudia Robayo.

Kleper dijo...

Cuando yo era mas joven y mas niño aun, una profesora me dijo que era imposible que el movimiento feminista triunfara y lograra algo real, en ese momento no lo entendí ahora lo entiendo mucho mejor, ya que en ocasiones el feminismo parece basarse en crear un opuesto perfecto del machismo, con el problema que muchas veces las mujeres terminan siendo mas machistas que los hombres, creo que eso todo lo sabemos o lo deducimos de alguna manera, es imposible negar la naturaleza de los géneros, es imposible negarnos que uds las mujeres, lloran y sienten mas que nosotros, los que nos llaman hombres, concepto que no he entendido muy bien, ¿que es un hombre? , alguien que tiene pipi? creo que ahi no esta el asunto según entiendo en este post, y de todo lo hermoso, fuerte e interesante de esta entrada de tu blog, me queda la pregunta de siempre, que es un hombre de verdad?

Saludos.

Anónimo dijo...

Que curioso, en un libro bastante gordo que hay en casa, encontré algo que me da a pensar algunas cosas, dice: “El Hombre exclamó: Esta si es Hueso de mis Huesos y carne de mi carne. Se llamará Varona, Por que del Varón ha sido tomada… Ambos estaban desnudos, El Hombre y su Mujer, pero no se avergonzaban”
Que bueno, que lindo que seamos tan distintos, que existan las escapadas románticas, difícilmente perdorarían a un par de amigos por volarse a beber un fin de semana a una finca sin avisar, pero a un par de amantes… solo una franca sonrisa podría esperar recibir a su llegada.
Que bueno que nos parezcamos tan poco, que encontremos fantástico cada descubrimiento de ese mundo llamado mujer, cosas como llevarnos de manera romántica a una aventura o a un lugar lejano una foto de la amada y un último beso en los labios, con su aroma en las manos y sus palabras en la mente, no haríamos los hombres realizado grandes hazañas o cometido tan brutales errores si no fuera por el temor al rechazo de la mujer (condición que solo las mujeres creen padecer) nuestro corazón es tan robusto como torpe y miope, ocultamos nuestra impotencia enfocándonos en cosas que producen ruido, como para no oírnos desde adentro.
Suerte para las mujeres que saben llorar, y se permiten llorar, de malas los hombres que educados estamos para negarlo y siempre pelear para desahogarnos, controlarnos en infiernos ocultos para los demás pero íntimos para nosotros, es difícil hacer el papel del fuerte, del rudo, del que recibe y da los golpes, una caricia y una palabra desnuda apacigua mi mas feroz gesto (está comprobado)

Que es ser hombre? Dale a un niño la responsabilidad y la fama de controlar el mundo, cúlpalo de los actos mas bellos y terribles de la humanidad, carga sobre sus hombros la responsabilidad de romper las marcas, los límites, dale un manual entre copas de cómo ser ante amigos, mujeres y hermanos, todo eso al mismo tiempo y sin repetírselo para explicarlo, eso es un hombre un niño que interpreta un papel, es como jugar, pero siente que siempre va perdiendo, y sobre las mujeres, ya habríamos dejado las tablas sin esa co-protagonista.

No me señales, acércate y al tocarte en la oscuridad yo también sentiré la caricia en mi cuerpo.

j.

Patricia Valencia Estrada dijo...

Mi querida Ana.

Y no sólo dicen estas frases, sino que reclaman, cuando tiramos, quebramos y damos pata, que somos infantiles y políticamente incorrectas, groseras, como si el dolor no se pudiera expresar, como si debiera mantenerse y continuar con la tradición del sufrimiento en silencio.

Y lo llevan al plano de la competencia (machista) "quien pierde es el que pone problema". Triste referencia que nosotras, cuando somos amigas, les creemos a nuestros amigos, disculpándolos de un comportamiento generalizado con otras chicas, pero que lo entendemos solo cuando nos toca a nosotras. Un círculo perfecto para ellos, porque la afectada termina sola y señalada. Círculo perverso.

Insisto en la frase de una feminista (disculpa) pero me parece acertada: "los hombres quieren mujeres que ya no existen, y las mujeres esperamos hombres que aun no han nacido."

Mundo de transición este que nos tocó. Y nos tocó la parte más dura.

veroniej@gmail.com dijo...

Estaba buscando gente sirope y me encontré con tu blog... quiero ponerle un vínculo en el mío para que las cuatro personas que se meten diariamente a espiar mi vida, encuentren la tuya y sientan a qué me refiero cuando digo que existe gente sirope en esta vida. Pero lo vincularé cuando me des tu autorización.
Gracias
Verónica

Anónimo dijo...

cuando mas aparatos tenemos para acercarnos y conocernos, nos alejamos mas, que buena estrategia para confundirnos y evitar mirarnos a los ojos y decirnos...
te quiero

Ana Lucía Cárdenas dijo...

Querido J.

Mi corazón de mujer es perfectamente capaz de presentir al tuyo en medio de esa oscuridad en la que te has envuelto, y ver lo hermoso que eres. Mi niño de papel, si supieras que yo no quiero que ganes nada,(esas expectativas de héroe sólo te las has puesto tú) excepto a mí, y ese juego es más fácil de lo que crees, basta solo con abrir el pecho como lo acabas de hacer aquí.

Todo lo que dije, y el riesgo que corrí al decirlo de la forma en que lo dije, se trata precisamente de esto, ¿cómo me puedes pedir que me acerque a tí si ni siquiera sé quién eres?... Lo que deseas es que yo me ponga en la tarea dolorosa de adivinarte en cada rostro de hombre con el que me ecuentre, leer tus palabras una y otra vez buscando un atisbo de complicidad, una pista, y cuando menos lo piense estar obsesionada con un fantasma (sí, de eso somos capaces las mujeres) y en el mejor de los casos encontrarte, para darme cuenta que ya soy yo quien no puede tocarte a tí, porque antes tengo que competir con tu amada, esa de la foto que llevas contigo cuando te vas de viaje, eso es pedirle a una inválida que corra una maratón, no es que no tenga ganas, es que ya no me quedan fuerzas...

Habrá valido la pena todo lo que me ha costado escribir lo que escribí si logro que atiendas a mi súplica: amor mío, por favor para de hacerme esto que me estás haciendo, que me arrancas la vida y de tantas veces que me dejado matar, esta es la última que me queda...

ana lucía cárdenas t.

manuela garcía dijo...

el vidrio roto es el material que mas me gusta para demostrar mis emociones, me especializo en los vasos y las botellas.
lo del tornamesa me recordò el televisor de una amiga.