domingo, 24 de diciembre de 2006

Feliz Navidad

Dicen las malas lenguas que Jesús no nació el 24 de diciembre, que ese era el protagonista de una leyenda hindú que los primeros cristianos adoptaron seguramente porque querían la misma espectacular celebración para su señor, sin embargo aquí estamos cada año celebrándole el cumpleaños al personaje, sin preguntarnos mucho por qué, pero sin falta haciéndole su rumba como en cualquier natalicio. Los colombianos por ejemplo, comemos natilla con buñuelo y hasta un asado le hacemos al muchacho, nos juntamos con la familia para hablar de todo menos de él, excepto para pedirle un Power Ranger o un novio nuevo… Ponemos la ciudad y la casa toda de verde y rojo (el rojo no ayuda mucho a la que quiere el novio nuevo) nos gastamos la platica haciendo regalos (algo de generosidad por una vez, no nos cae nada mal), es imposible coger un taxi, pero nos vamos hasta donde sea para conseguir el traído, terminamos los días con dolor en los pies de tanto caminar y el corazón sonriente cuando el árbol queda lleno de regalos.

Pero sobretodo es en el momento en que (lo digamos en voz alta o no), nos permitimos la esperanza, dejamos que se instale por unos días en nuestra vida; tal vez tenga que ver conque el año se está acabando y alguna magia de solsticio nos hace creer que podemos comenzar de nuevo, volver a empezar de cero, cerrar una puerta y salir a un jardín inmenso que será lo que nosotros queramos de ahora en adelante, y tal vez sea por eso que sonreímos más, y cualquier excusa es buena para hacer una fiesta; o tal vez sea porque precisamente fue ese personaje al que le celebramos dos mil seis años de vida el que trajo de nuevo ese sentimiento a este planetita; porque puede que sus seguidores hayan distorsionado por completo su mensaje, pero la esperanza le debe gran espacio a él. Por fin alguien viene y dice, que el amor es lo más importante, que es todo lo que necesitamos, que sólo el miedo nos impide admitir que es mejor darlo que recibirlo (digan si no es más divertido estar enamorado que ser el objeto del enamoramiento de otro), que Dios es ante todo el mejor amigo, el mejor padre, y que nos hizo a su imagen y semejanza, lo que quiere decir que tenemos su mismo poder.

Por eso esta navidad, te regalo la misma promesa que nos hicieron hace dos mil seis años (aproximadamente, las fechas no son exactas, culpa de Bizancio y asociados): No habrá nada en el mundo que no puedas tener, nada que no puedas hacer, si de veras lo quieres, sólo tienes que pedirlo, y luego… confiar… Ah¡ ¿Te parece que es una promesa demasiado grande? Y ¿que otra promesa puede venir de un dios que todo lo puede? O acaso si fueras tú ¿le negarías algo de lo que tienes a tus hijos? Ahí te dejo la inquietud, y la promesa… por mi parte en esta navidad yo confío en que tendrás siempre lo mejor, que estarás lleno del amor más grande, que la paz de tu corazón se derrame por todo tu ser y que nada ni nadie pueda hacerte daño alguno, que siempre haya amigos que te canten una canción antes de irte a dormir cuando estés triste, que el dinero no sea lo único en qué pensar, que no te falte nada, ni siquiera el dolor que enseña el desapego, ni siquiera la escasez que precede a la abundancia.

Hoy brindo por mis buenos amigos, los que están cerca y los que no, porque ellos no saben cuánto bien me hacen, cuanto agradezco que estén aquí conmigo y pido desde el fondo de mi corazón que nuestro cariño se mantenga por los siglos de los siglos; salud por los niños que hacen más divertida la vida; por los besos inesperados, por los regalos sorpresa, por el arco iris que demuestra que el Padre aunque kitsch existe, por los buenos restaurantes, las buenas películas, libros y canciones, el vino y la belleza, por vos y por mí; por el año que viene con todos los días que valdrá la pena vivir y por todas las cosas que vale la pena estar aquí.

martes, 12 de diciembre de 2006

Instrucciones para escuchar "secretos y mentiras"

Trabaje mucho, tanto, que sin darse cuenta cumpla varios meses sin descansar un fin de semana completo, luego, cuando esté muy agotado, tome aquello que se le hace intolerable en un ser humano, y búsquese el espécimen que más alto contenido del defecto en cuestión tenga, no importa lo que tenga que hacer, encuéntrelo, finalmente expóngase a él todo el tiempo que sea posible.

Digamos, por poner algún ejemplo, que usted encuentra intolerable que la gente no tenga orejas, en ese caso, en lugar de irse a descansar a su casa el primer fin de semana que tiene libre en meses, cómprese un tiquete a París; hágase el ingenuo, dígase que va a pasear, que el costo no tiene importancia si por fin va a tener unos cuantos días para usted, ¡y nada menos que en París! Cuando llegue allá, hágale caso al turista de al lado que está diciendo que el museo D’ Orsay es mejor que el Louvre, más pequeño, más cómodo e igual de sustancioso; cómprese una boleta y anímese bastante (a pesar del cansancio de tantas horas de vuelo, tan pocas de sueño, tanto por hacer y tan poco tiempo para hacerlo) viendo aquella antigua estación hecha museo, con sus esculturas griegas y romanas en el primer piso, y una coronación de Napoleón con un Napoleón casi de tamaño natural en el segundo, cansado pero contento vaya al tercer piso, allí se encontrará con los impresionistas, y en el momento justo en que con justicia usted vea llegar por fin la fascinación por la que estaba buscando, encuéntrese con el retrato de Van Gogh, ese, el que precisamente no tiene oreja, ¡pero si se supone que ese retrato no debería estar ahí sino en Ámsterdam!, pues no, el destino le ha jugado una malísima pasada y el Van Ghog sin oreja está ahí.

Sienta como todo el cansancio acumulado durante meses cae con todo su peso sobre su pobre humanidad, alcance a hacer un último esfuerzo, para ponerse tolerante, todo lo que aprendió sobre el tema es repasado un millón de veces en una milésima de segundo, pero la verdad es más grande, se fue hasta París sólo para el despropósito de ver no sólo a un tipo sin oreja, sino a Van Ghog sin oreja, no hay derecho, mire a los lados, sólo usted parece darse cuenta de la tragedia, entonces reviente, como el día en que ya no cupo en el vientre y decidió nacer, vuela mierda al zarzo, y sólo ríndase cuando le abofetee la gran verdad de que la tragedia no es tragedia porque sólo usted la padece. Váyase corriendo a la calle, en París hace mucho frío, más del que un tropical puede soportar, las luces de la ciudad no le dicen nada porque hablan francés, sentado solo en una banca no hay nadie ni siquiera para decirle con amor y un café, que no tiene la razón, que la culpa es suya por no tolerar a un hombre sin oreja. Ahora sí ponga play y lea la letra de la canción que está abajo: buen apetito!

SECRETOS Y MENTIRAS

Di, qué será de ti, qué será de mi,
Cuando estalle al fin,
esta relación,
tu me dirás que no,
nada sucedió,
"Apagad la luz,
guardad toda aquella ropa en un baúl
y arrojad la llave".

Querías un regalo
Y yo derramé encantado
con un grito entre tus tetas
aquel collar de perlas
y en ese instante el mundo terminó

y él apareció a plena luz del sol
nadie rechistó,
así que me acerqué,
le dije entonces ¿qué?
él dijo ¿qué de qué?
y yo "apagad la luz
guardad toda aquella ropa en un baúl
y arrojad la llave".

Hace mucho tiempo
que ya hace mucho tiempo
de cualquier cosa en mi vida,
mi vida malherida,
alejaos que ahora envejezco.

Gente nace y gente muere cada día,
los demás nos limitamos a estorbar
y jugamos a secretos y mentiras
y despues nos lamentamos
Que viva el ser humano,
la gente grita !hey, hey...¡

"Bien" dice entonces él
"veo que tienes sed
yo te la apagaré
a base de chas, chas, chas"
pero llega alguien más
Y le oigo balbucear
"Apagad la luz,
guardad toda aquella ropa en un baúl
y arrojad la llave".

Por allí huyen unos,
por allá los otros,
¿Quién entre ellos, por lo tanto,
se está equivocando?
Decídmelo que estallo...

Gente nace y gente muere cada día,
los demás nos limitamos a estorbar
y jugamos a secretos y mentiras
y despues nos lamentamos
Que viva el ser humano,
la gente grita !hey, hey...¡

Gente nace y gente muere cada día,
los demás nos limitamos a estorbar
y jugamos a secretos y mentiras,
"Por favor defíname la eternidad"

Gente nace y gente muere cada día,
los demás nos limitamos a estorbar
y jugamos a secretos y mentiras,
como el niño cruel que acecha,
como aquel gran atleta
drogado en la carrera
nueve segundos restan
la guerra empieza...
"¡hey...!"

Nacho Vegas